Nueva Zelanda ha lanzado un marco de confianza para la identidad digital, un paso crucial hacia la transformación digital del país.
La banca móvil segura
Mantener claves seguras y usar el móvil con precaución son las principales medidas para combatir la brecha de seguridad bancaria más habitual: el Phishing.
Phishing consiste en engañar a un usuario haciéndose pasar por una persona, empresa o servicio de confianza (en este caso el banco), para que – por ejemplo – revele información confidencial y los delincuentes puedan acceder a su cuenta bancaria.
El uso de la banca móvil no para de crecer gracias a las facilidades que genera a los usuarios para realizar sus operaciones bancarias desde un dispositivo tan accesible como su smartphone. Debido al gran auge, los delincuentes buscan cualquier resquicio del sistema para intentar realizar su actividad fraudulenta. Por ello, es necesario que la confianza entre el banco y el cliente sea recíproca y que los dos tomen las máximas precauciones para evitar las estafas.
La tecnología está mejorando e innovando en busca de soluciones para evitar que los delincuentes logren su objetivo y roben el dinero a los usuarios de la banca móvil. De esta manera, al igual que la banca usa métodos más complejos de verificación de clientes, el usuario del teléfono móvil debe ser responsable y utilizar su dispositivo con la mayor precaución posible, sin ir más lejos, prestando más atención a la hora de descargar cualquier aplicación en el dispositivo.
Además, una entidad financiera es consciente que su éxito dependerá de un servicio de calidad, en el que es fundamental cumplir todas las normativas vigentes para operar con seguridad, evitar el blanqueo de capitales y dar la máxima seguridad a sus clientes para que sigan abriendo cuentas en su servicio.
Por lo tanto, habrá que centrarse en evitar el Phishing o lo que es lo mismo, que los ciber delincuentes consigan información personal relevante como contraseñas, datos de tarjetas de crédito o números de cuenta bancaria, entre otros.
Por ello, las empresas de banca móvil reforzarán esa seguridad con el análisis de los datos específicos de los móviles, como es el IMEI (International Mobile Equipment Identity
O “DNI” de cada dispositivo móvil). También lo harán con tecnologías de identificación biométrica de los usuarios, grabando la voz, haciendo que el usuario se tome un selfie, así como, comprobando la ubicación o las rutinas de las veces que suele entrar el usuario en la banca móvil (behavior identity o identidad del comportamiento). Todo este tipo de medidas pueden permitir al sistema crear patrones de comportamiento para evitar fraudes.
Dado que el móvil es un utensilio que se usa para las actividades más livianas como las más cautelosas, como las operaciones bancarias, es muy importante que la persona sea el primer cortafuegos para los ciberdelincuentes realizando un uso responsable del mismo. Este comportamiento responsable unido a las medidas de seguridad que utilizan los bancos, hará que la banca móvil sea un procedimiento blindado gracias a transacciones digitales seguras.