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Orquestadores de identidad: La pieza Fundamental

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Orquestadores de identidad

E

l concepto de identidad, entendido como un factor unívoco e inmutable, que se adhiere a la persona como una capa simple y sólida, está cada vez más obsoleto. A medida que el mundo digital evoluciona, somos conscientes de que la identidad está compuesta en realidad por multitud de factores relacionados con una persona o una entidad, en el sentido más amplio. Miles de servicios requieren de nuestra identificación precisa para poder acceder a ellos. Gestionar estos procesos resulta un verdadero reto para organizaciones y empresas. La manera en la que se construyen los protocolos de identificación y acceso deben ajustarse a contextos concretos y proporcionar valor a la experiencia de usuario. Introducir nuevos métodos de identificación cuando los sistemas de las empresas evolucionan suele ser lento y costoso, sin obviar las posibles brechas de seguridad que pueden aparecer.

Es en este punto donde entra en juego la orquestación de servicios, la próxima gran tendencia en Internet según todos los indicadores, una tecnología que se puede implementar on-premise o en la nube. Y es que el futuro pasa porque las empresas posean un único proveedor con potentes capacidades de orquestación de identidades para automatizar procedimientos y facilitar la migración de apps a entornos híbridos y multinube. Según la consultora Gartner, para el año 2023 un 75% de las empresas estará utilizando estas tecnologías de orquestación buscando la máxima precisión, rentabilidad y rapidez y, por supuesto, sin comprometer la seguridad.

Los orquestadores integran y optimizan flujos de trabajo y son, por su propia naturaleza, una tecnología eficaz en la lucha contra el fraude y el blanqueo de capitales así como un camino para apuntalar los procesos KYB y KYC (Know Your Business/Costumer).

Los métodos tradicionales de identificación no responden a las exigencias de seguridad actuales ni son una barrera útil ante las frecuentes violaciones y filtraciones de datos. Todo protocolo debe estar enfocado a garantizar que los servicios solo se habilitan para la persona que los solicitó, y los orquestadores son clave en este desafío. Son la puerta de enlace de las aplicaciones con cualquier sistema de identificación, sin necesidad de cambiar su configuración.

El orquestador decidirá qué mecanismo de identificación necesita cuando un cliente o trabajador quiera acceder a una aplicación o un servicio. En el momento de la solicitud, el orquestador analizará los atributos de identificación y los riesgos y finalmente permitirá el acceso, resultando imposible que el solicitante sea una entidad diferente a la que dice ser. Será crucial en la compleja tarea de identificar a los beneficiarios finales de las compañías. Esta tecnología evita tener que reprogramar manualmente cada sistema de identificación diferente cuando una empresa actualiza sus aplicaciones. Así mismo, el orquestador permite introducir ágilmente nuevos métodos de autenticación a demanda.

La orquestación de identidades, flexible y dinámica, es una herramienta ciertamente útil para que las empresas puedan diseñar y monitorizar múltiples tecnologías de identificación a lo largo de toda su relación con clientes y proveedores. Adoptar un orquestador minimizará los puntos de fricción en todos los procesos de registro y acceso, cotejando varias opciones a la vez para comprobar las identidades tales como números de teléfono, direcciones de correo electrónico o domicilios físicos así como integrando múltiples soluciones de verificación; por ejemplo, la presentación de un documento de identidad real junto a pruebas biométricas como un selfie. Automáticamente chequeará las direcciones IP y marcará la actividad sospechosa de fraude (una transacción inusualmente alta o la que proviene de una localización desconocida). También aprovechará la información de terceros, como pueden ser los bancos, para hacer identificaciones más fiables. Precisamente los servicios financieros y otros entornos con rígidas regulaciones se verán beneficiados de la implementación de tecnologías como esta, que pueden llevar a cabo gran variedad de acciones a la vez asumiendo riesgos prácticamente nulos.

El principal beneficio de una buena orquestación es la rapidez en la ejecución y puesta en marcha de sus sistemas, por lo que una empresa sabrá si tiene la plataforma adecuada en el momento en el se reduzcan considerablemente los tiempos a la hora de lanzar una nueva característica o afrontar un cambio.

El orquestador sería la pieza central de todas las soluciones de identidad de la compañía o caso de uso; una tecnología con la capacidad de lidiar con la compleja relación entre clientes y ecosistema digital, haciendo su viaje más fácil y seguro.

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