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El colapso de GOV.UK Verify: interrogantes sobre la validez de los sistemas de identificación nacionales
Verify, la plataforma de verificación de identidad lanzada en 2016 por el Gobierno de Reino Unido, cerró definitivamente en abril de 2023, tras arrastrar diversos problemas desde el principio.
E
l sistema enfrentó críticas antes incluso de su lanzamiento. Ya en un documento firmado en 2015 por académicos del University College de Londres se señalaba que Verify albergaba graves problemas de privacidad y seguridad, incluido un importante defecto en la arquitectura que podría llevar a una «vigilancia masiva». A pesar de todo, tras varios retrasos, el proyecto salió adelante.
Verificación de identidad del ciudadano como puerta de entrada a múltiples servicios
Verify estaba diseñada para simplificar y asegurar el acceso de los ciudadanos a una variedad de servicios gubernamentales en línea, eliminando la necesidad de múltiples credenciales y proporcionando un método de identificación digital unificado y con soporte oficial.
Al registrarse en la plataforma y completar el proceso de verificación de identidad, los usuarios podían realizar diversas acciones, entre las cuales se incluían: presentación de impuestos, solicitudes de ayudas y programas de asistencia social, servicios de salud tales como gestión de citas médicas o acceso a historiales, trámites de tráfico o relacionados con educación y empleo (becas, subsidios, etc.)
Dificultades en la gestión de las identidades digitales que condujeron al fracaso
El fracaso de la plataforma GOV.UK Verify no se puede atribuir a un solo factor, sino a varias cuestiones interrelacionadas.
- Baja adopción. En sus apenas 7 años de historia, sólo 27 servicios públicos adoptaron Verify. Según fuentes oficiales, esto supone menos de la mitad de lo previsto. Además, la plataforma llegó a tener en su momento álgido algo menos de 10 millones de cuentas individuales, frente a 25 millones de usuarios potenciales.
- Problemas técnicos. La presencia de problemas técnicos y de diseño planteaba riesgos para la privacidad y debilitó la confianza general en la seguridad del proyecto.
- Competencia. Ciertos departamentos del gobierno desarrollaron internamente sus propios sistemas de verificación de identidad, lo que debilitó el impacto de Verify como estándar centralizado de autenticación. La plataforma no ofrecía incentivos al usuario ni valor añadido ante esos otros proyectos.
- Gasto. Verify costó a las arcas públicas británicas más de 200 millones de libras. Tal desproporción entre el volumen de gasto y los resultados invitó a las autoridades a cancelar el proyecto y buscar alternativas.
- Complejidad. La previsión inicial en cuanto al porcentaje de verificaciones exitosas rondaba el 90%. La realidad fue bien distinta, con la plataforma enfrentándose a una tasa de abandono del 52%, producida en buena medida por las dificultades que los usuarios para entender el registro.
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Lecciones y alternativas para una identificación segura de ciudadanos
La historia del fracaso de GOV.UK Verify ofrece varias lecturas. En primer lugar, resulta obvio que sin una campaña de comunicación directa y transparente es complicado que los ciudadanos entiendan los beneficios de un proyecto tan complejo. Además, si existen dudas sobre factores clave como la efectividad y seguridad de la plataforma, el proyecto estará condenado al fracaso. Es por eso que hay que insistir en trasladar los mensajes de manera clara y ofrecer consentimiento informado para tratar datos personales.
La necesidad de flexibilidad y adaptabilidad en proyectos gubernamentales es evidente en el caso de GOV.UK Verify. La incapacidad para ajustarse a condiciones cambiantes y modificar su enfoque contribuyó a su desarme.
El cierre de GOV.UK Verify impulsó la búsqueda de alternativas, como One Login. Los primeros pasos para lanzar este nuevo sistema de verificación de identidad centralizada se dieron en 2021.
El Servicio Digital del Gobierno (Government Digital Service, GDS) lanzó el programa One Login for Government (o simplemente, One Login), como parte de una estrategia que buscaba unificar las más de 190 formas de autenticación de identidad para el acceso a servicios públicos que existían en Reino Unido.
La meta es clara: simplificar los procesos y proporcionar una experiencia en línea más integrada y personalizada para los ciudadanos al interactuar con los departamentos y agencias del gobierno central. El objetivo de One Login es que os usuarios compartan su información una sola vez para demostrar su identidad.
Además de hacer que los servicios en línea sean más amigables para el usuario y ampliar el alcance digital de los servicios gubernamentales, One Login también ofrece beneficios como la optimización de recursos y el control de las actividades fraudulentas.
En la actualidad, varios departamentos gubernamentales clave respaldan plenamente la plataforma One Login. La Agencia de Revelación y Control (Disclosure and Barring Service, DBS), un organismo que realiza verificaciones de antecedentes y divulgación de información sobre condenas penales, fue la primera en probar una versión beta de OneLogin en abril de 2022, seguida por el Departamento de Trabajo y Pensiones y el HMRC, la autoridad tributaria del Reino Unido, que puso en marcha un programa para migrar usuarios desde su antigua plataforma hacia el nuevo sistema de identificación digital.
Desde abril de 2023, los ciudadanos ya pueden utilizar One Login para servicios gubernamentales, que se van ampliando progresivamente. Algunos de estos servicios son reclamar indemnizaciones tras un proceso judicial, firmar hipotecas y contratos de alquiler o solicitar licencias de conducir.
One Login pretende dar el salto a una gestión eficiente y segura de la identidad digital, así como subsanar los errores del fallido proyecto Verify. Será cuestión ver si esta nueva opción lo consigue.
El descalabro de los sistemas de identidad nacional a menudo refleja una desconexión crucial entre la implementación y las necesidades del ciudadano medio. Para tener éxito, estos sistemas deben ser pedagógicos, comprender las demandas y preocupaciones de la población, ser transparentes y, sobre todo, simples. La complejidad burocrática, la falta de educación sobre el uso adecuado y la fragmentación y falta de claridad en la gestión de datos contribuyen a la desconfianza y la resistencia a su adopción. La clave radica en diseñar sistemas que no solo cumplan con requisitos técnicos y normativos, sino que también se alineen con la experiencia y exigencias de respeto y privacidad por la información sensible del ciudadano, fomentando así la aceptación y confianza necesarias para el éxito a largo plazo.
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