La gestión de identidad digital en América Latina está en una encrucijada, donde el sistema QuarkID de Argentina impulsa un modelo SSI que empodera a los individuos.
Onboarding Parental: acceso seguro a servicios digitales para menores
Las transacciones y servicios en línea demandan procesos seguros y efectivos para garantizar que los menores accedan solo a los contenidos y servicios adecuados a su edad y bajo la supervisión de un adulto.
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encillos, seguros y respetuosos con las normativas de protección de datos: así son los métodos de identificación digital que demandan las familias, en especial cuando se trata de niños y adolescentes. El onboarding o identificación parental es el proceso diseñado específicamente para que un padre, madre o tutor legal valide y consienta el acceso de un menor a servicios digitales, todo en una misma sesión y con el menor de edad presente, a través de la video identificación de ambos. Ya sea para abrir una cuenta junior en un banco o dar de alta el perfil de un niño en una red social o una plataforma de gaming, el proceso de videoidentificación en el onboarding parental sigue un flujo claro de doble identificación, comenzando con la verificación del padre, madre o tutor legal y, posteriormente, la identificación del menor. Permite realizar el procedimiento en nombre del menor, depositando todo el control en el tutor legal o “guardián” e integrándolo sin fisuras en el customer journey.
La video identificación se puede realizar de dos maneras: asistida o desasistida, ambas diseñadas para garantizar la máxima seguridad, con la integración de tecnologías avanzadas como la inteligencia artificial (IA) y múltiples medidas de seguridad. La elección entre una modalidad u otra depende de las preferencias del usuario, sus destrezas digitales, etc. La principal diferencia es que, en la asistida, la persona que va a identificarse obtiene la ayuda en tiempo real de un video agente experto en fraude. En el modo desasistido, el onboarding se apoya en guías visuales en la pantalla, con instrucciones intuitivas paso a paso.
El proceso se desarrollaría como se explica a continuación:
- Acceso al Servicio: El proceso comienza cuando el tutor y el menor acceden al servicio a través de un enlace enviado por el proveedor o mediante una plataforma web específica. Pueden estar juntos en el mismo espacio físico o en espacios diferentes. Desde este momento, la sesión está protegida y encriptada para garantizar la seguridad de la información y evitar accesos no autorizados.
- Solicitud del consentimiento para fotografías y grabación. La seguridad del usuario es una prioridad, por lo que, antes de iniciar el proceso de verificación, se solicita el consentimiento para capturar imágenes, grabar la sesión y realizar las comprobaciones de identidad necesarias. Este consentimiento es un requisito legal para procesar los datos biométricos de manera adecuada.
- Captura del documento de identidad y selfie
– Videoidentificación asistida: El usuario es guiado en tiempo real por un experto en fraude que le ayuda a capturar correctamente el documento de identidad por las dos caras. El agente, entrenado para detectar comportamientos sospechosos y actuar en caso de que surjan dudas sobre la veracidad de la identidad presentada, da indicaciones precisas sobre cómo posicionar el documento frente a la cámara para asegurar que la información esté claramente visible. Además, también se toma una fotografía del rostro de las dos personas. El selfie será comparado más adelante con la imagen del documento.– Videoidentificación desasistida: En esta modalidad, la persona sigue las instrucciones que aparecen en la pantalla para capturar tanto el documento de identidad como el selfie. La plataforma está diseñada para que el usuario posicione su documento de manera correcta frente a la cámara, dentro de unas líneas guía, y capture una imagen clara de su rostro. Aunque no hay un agente humano, las medidas de seguridad son igualmente estrictas, con la IA trabajando en segundo plano para garantizar que todo el proceso sea legítimo y que no existan intentos de suplantación o manipulación. - Verificación del documento y del selfie mediante Facematch. Una vez capturados el documento de identidad y el selfie, se procede a una serie de comprobaciones automatizadas para validar la identidad. La tecnología de Facematch compara los rasgos faciales del selfie con la imagen presente en el documento oficial, asegurando que ambas corresponden a la misma persona. Esta verificación es crucial para evitar fraudes, ya que garantiza que las personas que realizan el proceso son quienes dicen ser.
- Cálculo de la edad mediante IA. Después de capturar los selfies tanto del tutor legal como del menor, la IA no solo compara las imágenes con los documentos de identidad para verificar su autenticidad, sino que también permite calcular la edad estimada de ambos, basándose en sus características biométricas únicas. Esta funcionalidad es especialmente valiosa en el onboarding parental, ya que confirma que el tutor es un adulto autorizado para actuar en nombre del menor y que el menor cumple con los requisitos de edad para acceder a ciertos servicios. Este doble control asegura que ambos cumplen con las normativas legales y de seguridad establecidas.
- Comprobaciones de seguridad adicionales. Para asegurar la máxima fiabilidad del proceso, es posible añadir múltiples medidas de seguridad adicionales. Por ejemplo:– OTP (One Time Password): En algunos casos, se envía una contraseña de un solo uso al número de teléfono del usuario, la cual debe ser ingresada en la plataforma para autenticar el acceso al servicio. Esto añade una capa extra de protección, asegurando que solo la persona autorizada pueda completar la video identificación.
– Pruebas de vida: Durante la sesión, se solicitan ciertos movimientos (como parpadear o girar la cabeza) para confirmar que la persona está presente en tiempo real y no se trata de un video pregrabado. Estas pruebas de vida son una defensa clave contra el fraude digital.
– Detección de deepfakes: La inteligencia artificial trabaja en segundo plano durante todo el proceso para analizar el video y asegurarse de que no se están utilizando deepfakes u otras técnicas de manipulación visual. Si la IA detecta cualquier anomalía, el proceso se detiene y se notifica un posible intento de fraude.
- Resultado de la verificación. Finalmente, tras todas las comprobaciones necesarias, el sistema devuelve un resultado positivo o negativo respecto a la validez de la identidad del padre y el menor.
La revocabilidad: clave de la verificación de identidad parental
Un aspecto fundamental del onboarding parental es la posibilidad de que el consentimiento otorgado sea revocable. Esto significa que el padre o tutor que ha permitido al menor acceder a un servicio digital puede, en cualquier momento, retirar ese consentimiento y revocar el acceso, sin compromiso alguno. La revocabilidad es esencial para mantener el control y la seguridad del menor, permitiendo que los padres o tutores puedan reaccionar rápidamente a cualquier cambio en las circunstancias o en la percepción de la seguridad.
La implementación de mecanismos de revocación debe ser sencilla y accesible, a favor del usuario, subrayando la naturaleza dinámica del consentimiento en un entorno digital donde las condiciones pueden cambiar rápidamente, y con ellas, la necesidad de ajustar los permisos otorgados.
El Onboarding Parental supera las limitaciones de las auto declaraciones que podemos encontrar en multitud de servicios actualmente, que ofrecen una seguridad prácticamente nula. El onboarding Parental es una alternativa más segura y respetuosa con la privacidad de los menores.
Posibilidades de ampliación: más allá del ámbito parental
Este concepto de onboarding tiene un potencial de ampliación notable más allá de la relación tradicional padres e hijos. Puede aplicarse en situaciones donde una persona necesita validar la identidad de otra en un contexto de tutela o representación legal. Un ejemplo claro podría ser el onboarding de personas indocumentadas, en el que un tutor o representante legal podría verificar su identidad para permitirles acceder a servicios esenciales, haciéndose responsable, como una especie de “padrino”.
En estos casos, la persona interesada no sería un menor, sino un adulto que, por diversas razones, no puede completar el proceso de identificación por sí mismo. Este tipo de onboarding tutelado podría ser crucial para garantizar que individuos vulnerables o en situaciones precarias puedan acceder a servicios básicos (bancos, suministros, etc.) sin quedar excluidos del sistema digital. Al involucrar a un tutor o representante legal, se añade una capa adicional de seguridad y control, reduciendo el riesgo de fraude o de accesos no autorizados.
Onboarding parental carecería de sentido si no se ajustara a las normativas vigentes en materia de protección de datos y menores, como el RGPD (Reglamento General de Protección de Datos) en Europa y la Ley de Privacidad y Seguridad de los Niños en Internet (KOSPA, Kids Online Safety and Privacy Act) en Estados Unidos. Las últimas actualizaciones de algunas normativas como, NIST 800-63, están teniendo en cuenta este tipo de onboarding responsabilidad cedida.
Tanto la videoidentificación asistida como la desasistida están diseñadas para ofrecer el más alto nivel de seguridad. El onboarding parental con videoidentificación no solo es cómodo y flexible, sino que también es un proceso robusto, que asegura que solo las personas autorizadas puedan dar acceso a servicios digitales en nombre del menor, protegiendo tanto la identidad del tutor como la del niño o adolescente involucrado.
La implementación de la video identificación en procesos como el onboarding parental ofrece beneficios profundos para la sociedad. Este avance no solo fortalece la seguridad digital, sino que también fomenta un entorno en el que los derechos de los menores son protegidos de manera efectiva y en tiempo real, siempre que exista por parte de empresas y proveedores un compromiso férreo con la privacidad, el cumplimiento y la minimización de datos personales. Al permitir que los padres o tutores validen y controlen el acceso de los niños a servicios digitales, se promueve un uso más consciente y seguro de la tecnología.
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